Después de la última suba del Impuesto Inmobiliario porteño, que llegó a trepar en algunos casos hasta tres veces lo que pagaban los vecinos este año, el Gobierno debe enviar a la Legislatura los nuevos valores que aplicará a partir del próximo ejercicio. La misma ley que contempló el fuerte aumento habilita a la Agencia Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) porteña a enviar cada año, antes del 31 de julio, la actualización de los valores fiscales que busca tomar de base para el cálculo del Impuesto Inmobiliario, que en la Ciudad de Buenos Aires se paga junto con las tasas de Alumbrado, Barrido y Limpieza.
La norma ya fue cuestionada por el kirchnerismo, y los legisladores de ese bloque y otros de la oposición al PRO anticiparon que harán observaciones. Los diputados contarán con 30 días para quejarse y luego la tabla formará parte de la ley fiscal que, junto con el Presupuesto 2013, se aprueba a fin de año. El artículo 227 bis, del Código Fiscal 2012, habilita a Rentas de la Ciudad, que conduce Carlos Walter, a rever los precios de las propiedades para el cálculo impositivo, cada ejercicio. El funcionario debe elevar los valores del terreno y del inmueble a la Legislatura, pero también deberá publicarlos en la web oficial del Gobierno porteño para consulta de los vecinos. Ese valor, que se denomina Valuación Fiscal Homogénea (VFH), se multiplica por 4 y forma parte de la ecuación para definir finalmente cuánto pagará cada contribuyente.
La ley que contempló las fuertes actualizaciones que se están aplicando en este período, además señala que los vecinos nunca pagarán más que el 1% del valor real de la propiedad, es decir, que es el tope que busca Mauricio Macri para recaudar a través de las tasas municipales, y está aún alejado de los valores de base. Las actualizaciones contemplarían hasta un 50% más sobre las facturas 2012, dependiendo de los casos. Es que la ley que sancionó la Legislatura en diciembre estableció un índice de actualización permanente durante cuatro años, hasta que el tributo alcance un 1% del precio de la propiedad.
Con la última modificación sancionada a fines de 2011, el tributo comenzó a pagarse en forma mensual y se dispuso un piso de $ 50 para cada cuota, mientras que el promedio de aumentos fue del 66% en general.
Desde la oposición al PRO están a la espera de la planilla que remita Walter, pero el kirchnerismo ya viene anunciando que quiere que se modifique la norma que permite las actualizaciones de ese modo y en cambio imponer que se realice un censo casa por casa para ver cada situación en particular más allá de la zona en que estén ubicadas las propiedades. «Es imprescindible que la Ciudad ejecute un plan que finalmente termine con la inequidad tributaria, garantizando impuestos acordes con la propiedad y el confort de cada hogar y tenga un efectivo control de las valuaciones fiscales, permitiendo así cuantificar los servicios y prestaciones en cada barrio», indicaron desde el bloque que conduce Juan Cabandié.
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